El extremo norte de tu alma


Si buscara un refugio en el Universo cerca de la piel que cubre tu cuerpo, seria en lo más recóndito de tus navíos andantes en mareas atascadas de lágrimas, solo para darte en silencio un beso en el extremo norte de tu alma.

Y mas que navegarte en la oscuridad que ronda tus ataduras, a un grado corrido cercano a tus ojos, secaría cada gota de sudor caída de tu frente, para lavarme en ellas y transformarlas en rocío, solo para acariciarte en silencio en el extremo norte de tu alma.

Si necesario fuese caminar senderos pisando cada huella que has dejado para marcarme el filo de la navaja, no dudaría en retener el vino que no se derrama, solo para sentirte en silencio en el extremo norte de tu alma.

Como aquellas serpientes que se enroscan en la médula de la sabiduría, subiendo sin bajar y viendo de abajo para arriba, tratando de encontrar lo secreto, solo para pensarte en silencio en el extremo norte de tu alma.

Esta vez a dos grados corridos hacia el espejo que divisa la distancia, buscando desparecer en un instante sin sonido, como polvo que cubre la vista y tormenta que enardece los sentidos, solo para gozarte en silencio en el extremo norte de tu alma.

Aprender de cada palabra que callan tus labios, esperando no lastimar porque la soledad se ha sentado a tu lado, no dudes en verme a los ojos cada vez que sientas quererlos, solo para amarte en silencio en el extremo norte de tu alma.

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