Corteza

Atravieso las calles conectando lo uno con lo otro, en un camino hecho de ciclos transparentes y sinuosa neblina.

Consumiendo infiernos en el ir y venir de los tiempos de incertidumbre con calma confusa, una lluvia tenue me mostró el verdadero color de las cosas.

Una aglomeración de sensaciones que como ladrón en la noche me robó un abrazo silencioso y profundo clavado directo al corazón.

Derribando con fuerza los inviernos de mi vida para empujar aquella corteza derruida y así florecer en una constante primavera.